La teoría crítica fue formulada por Max Horkheimer por
primera vez en su obra de 1937 "Teoría tradicional y teoría crítica".
El proyecto inicial, pretende desarrollar una serie de
teorías atentas a los problemas sociales, como la desigualdad de clases, no solo
desde el punto de vista sociológico, sino también filosófico. Aspiraban a
combinar a Marx con Freud, reparando en el inconsciente, en las motivaciones
más profundas. Por ello la teoría crítica debería ser un enfoque que, más que
tratar de interpretar, debiera poder transformar el mundo. Al mismo tiempo, se
proponía dar importancia a factores sociales, psicológicos y culturales a la
hora de abordar los temas sociales.
Max Horkheimer centró su crítica al positivismo en el libro
Crítica de la razón instrumental, publicado en 1946. Sostiene la tesis de que
mediante su identificación de conocimiento y ciencia el positivismo limita la
inteligencia a funciones que resultan necesarias para la organización de un
material ya organizado de acuerdo con el molde de la cultura comercial.
Según Horkheimer la razón instrumental crea mitos, o se
convierte en mitos, que son peligrosos porque ofrecen un aspecto de liberación.
Este instrumentalismo es en último término, una forma de subjetivismo, por eso
las actitudes especulativas en el sentido del positivismo, bajo la forma de un
racionalismo tecnológico, devienen en irracionalismo destructivo.
La obra de Max Horkheimer más conocida como Crítica de la
razón instrumental, ha estado a la sombra, de su otra obra magna, Dialéctica de
la Ilustración, escrita en estrecha colaboración con Th. W. Adorno. Sin
embargo, en ella se contiene y expresa la misma mirada crítica y sumamente
lúcida sobre la otra cara de la modernidad, sobre el precio que la humanidad va
pagando por el avance imparable, del proceso moderno de racionalización.
Horkheimer da en ella su propia versión de la paradoja del
proceso de Ilustración, que abre serios interrogantes sobre el mismo: «El
progreso amenaza con destruir el objetivo que estaba llamado a realizar: la
idea del hombre». Es la dialéctica que en nuestros días ha conducido a la
denominada «sociedad del riesgo», a un «mundo desbocado», tal y como el propio
Horkheimer denunciaba ya en esta obra con sorprendente lucidez.
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